Instalación - 21.09.2021
Ahora que llega de nuevo el frío y se vuelve a encender la calefacción es importante realizar una puesta punto para que los radiadores funcionen de forma correcta.
Tras los meses de verano, en los que el sistema de calefacción ha estado parado o se ha vaciado la instalación, se puede acumular aire en el interior generado por el oxígeno del agua que circula a través de las tuberías, haciendo que el calor no se distribuya de forma homogénea lo que puede ser solucionado mediante el purgado de los radiadores.
Uno de los síntomas más significativos de que es necesario purgar el radiador son unos ruidos extraños, como gorgoteos, que verifican que hay aire en el sistema. Además la parte superior del radiador está más fría que la interior, ya que el aire tiende a subir. Si es tu caso, se debe purgar para conseguir un correcto funcionamiento del sistema de calefacción, alcanzando la temperatura deseada además de eliminar esos molestos ruidos y evitar que la factura aumente innecesariamente.
El purgado de los radiadores se debe efectuar siempre cuando el sistema de calefacción este apagado. Es importante recordar que el radiador debe estar frío para que la bomba de la caldera no mueva el agua ni el aire que haya quedado atrapado dentro del sistema.
Con el sistema de calefacción apagado y frío:
Repite el proceso en cada uno de los radiadores de la vivienda.
Una vez que hayas terminado de purgar todos los radiadores de tu hogar, es recomendable que compruebes la presión de la caldera. La presión debe estar entre 1 y 1,5 bares. Como tras el purgado es normal que esta presión baje, es necesario que realices una comprobación y la vuelvas a regular en caso de ser necesario.